viernes, 25 de abril de 2014

CONSECUENCIAS

  • Pérdidas Humanas:

Para el conjunto del conflicto de 1939-1945, tanto en Europa como en Asia, las cifras de pérdidas humanas eran impresionantes, las mayores que una guerra haya producido en toda la historia. En total se calculan alrededor de 55 millones, pero esto solo es una aproximación ; las destrucciones de registros civiles por los bombardeos aéreos, la confusión por los traslados de población (que hacía imposible distinguir entre fallecidos y desaparecidos), y la pérdida parcial o total de la documentación pertinente han impedido un mayor acercamiento a la cifra real de muertos.





Estas cifras aproximadas proporcionan una idea de la sangría demográfica que significó la segunda guerra mundial, con un descenso poblacional casi cuatro veces mayor que el ocasionado por la guerra de 1914-1918. A estas cifras se le deben añadir 35 millones de heridos y 3 millones de desaparecidos, así como las víctimas de la subalimentación que sufrían de enfermedades como la tuberculosis y el ratiquismo.

Millones de hombres y mujeres vagaban de un punto a otro del continente: ex prisioneros de los campos de concentración nazis que trataban de volver a sus respectivos países, ex ex colaboracionistas que esperaban escapar de las represalias y los castigos y, sobre todo, millones de personas que abandonaban los territorios anexionados a los vencedores.

  • Pérdidas Materiales y Financieras:

El panorama de la destrucción material era también desolador. Numerosas viviendas y otras construcciones fueron destruidas. Las comunicaciones y las grandes ciudades sufrieron los mayores daños. Pero fue en Europa oriental donde la destrucción alcanzó mayor magnitud: en la Unión Soviética, 17 mil ciudades y 70 mil pueblos fueron arrasados, el país perdió más del 20% de su potencial industrial y sufrió daños incalculables en su agricultura y ganadería. En Yugoslavia, pueblos y campos quedaron destruidos y el país había perdido aproximadamente un 38% de su capacidad productiva.

  • Efectos Psicológicos y Morales

La guerra trajo consigo una ruina psicológica y moral por varios motivos: la utilización sistemática de la tortura por parte de la Gestapo; el predominio de dictaduras militares y policíacas; la acentuación de los antagonismos en las clases sociales, y la lucha enconada entre colaboracionistas y miembros de la resistencia. El extremo de la ruina moral y psicológica estaba en los campos de exterminio nazis, descubiertos tras la derrota alemana y la liberación de las naciones ocupadas. En los campos de concentración intentaron encontrar “la solución final del problema judío” y se eliminaba también a los opositores políticos del nazismo, al tiempo que se realizaban experimentos de esterilización y eliminación de personas con defectos físicos o retraso mental, con miras de alcanzar la “pureza étnica” preconizada por las filosofías racistas alemanas.

Aparte de la terrible huella dejada en los supervivientes de los campos de concentración, el conocimiento de aquellas atrocidades provocó un verdadero trauma moral en la conciencia humana ante el hecho inexplicable e injustificable de que una barbarie tal se hubiera podido desarrollar en el mundo civilizado del siglo xx. Pero la humanidad aún habría de presenciar otra barbarie más cuando, en agosto de 1945, las bombas atómicas estadounidenses convirtieron un verdadero infierno las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, provocando la muerte instantánea de cerca de 120 mil personas y dejando una espantosa secuela de radiación nuclear que continuará cobrando víctimas mortales por muchos años.
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BIBLIOGRAFÍA


Gallo T. Miguel Ángel. Historia Universal Contemporánea siglos XX y XXI,  Impreso en México, Ediciones Quinto Sol. Septiembre de 2013. 382 pp.

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